6 hábitos para dejar en el olvido y ayudar al medio ambiente


A veces persiste el prejuicio de que ayudar a preservar el medio ambiente requiere de un esfuerzo considerable. Aquí mencionamos 6 hábitos de la vida cotidiana que fácilmente podemos abandonar para desacelerar la contaminación y, en ocasiones, hasta favorecer nuestra economía y nuestra salud.


1- Dejar de comprar agua embotellada

¿Sabías que se requieren 26 botellas de agua para producir tan sólo el contenedor plástico de una botella de un litro? Lo mejor es optar por embotellar el agua en casa con una botella que ya tengamos. Si esta es de aluminio, mejor aún, porque durará mucho más. Si es de plástico, chequea el número encerrado en el triángulo del envase: evita usar plásticos numerados con 3, 6 y 7, porque pueden ser malos para tu salud. Opta por el 1, 2, 4 y 5.

2- Abandonar las bolsas de plástico y papel

Las bolsas son necesarias para transportar lo que compremos, pero no es necesario usar bolsas de plástico o papel que no resistirán más que un par de viajes. Se calcula que el año pasado, se emplearon 12 millones de barriles de petróleo para producir 88.500 millones de bolsas plásticas en los Estados Unidos.

Lo mejor es conseguir una bolsa que resista durante más tiempo, y llevarla al supermercado para traer los productos que compremos. Los materiales más sustentables para esto pueden ser el algodón, el nylon, o al menos bolsas con compuestos plásticos pero que sean más duraderas.

3- Optar por la bicicleta

La bicicleta no nos puede llevar a todos lados pero sí a muchos lugares cercanos o donde un vehículo tiene problemas para llegar. En las ciudades con mucho tránsito, un viaje en bicicleta puede llegar a tardar lo mismo, o incluso menos, que en vehículo. Optar cuando se puede por la bicicleta es bueno para la salud, para el medio ambiente, y para el bolsillo.

4- Minimizar el secado automático


El segundo gran consumidor de energía de la casa, después de la heladera, es el secador de ropa. El consumo excesivo de energía no sólo daña al medio ambiente, se traduce además en una cuenta enorme a fin de mes. Si no podemos desprendernos del secador, al menos se puede intentar aliviar el consumo separando la ropa pesada de la liviana para el secado, o no sumando ropas húmedas en el medio del proceso. Estas acciones prolongan innecesariamente el secado. Si existe la opción de simplemente colgar la ropa al sol, o de tenderla dentro de la casa, mejor será para el medio ambiente y la economía del hogar.


5- Olvidar el papel para limpiar


Como en el caso de las bolsas y de las botellas, utilizar materiales no duraderos para limpiar genera basura. Para evitarla, opta por un trapo que con sólo escurrirse puede utilizarse muchas veces. 

Cuando no podamos prescindir de los rollos de papel, siempre se puede intentar conseguir los de papel reciclado.


6- Matizar la diferencia de temperaturas


Los aires acondicionados suponen un gran alivio para algunas épocas del año y latitudes, evitarlos es una excelente idea, pero si no podemos vivir sin ellos la opción que tenemos para disminuir sus efectos es no exagerar con la diferencia de temperatura entre el exterior y el ambiente que queremos ambientar. También puede ser buena idea bajar la temperatura de la heladera hasta lo indispensable. Así consumiremos mucha menos energía y, en el caso del aire acondicionado, sufriremos menos los perjudiciales cambios de temperatura.

Contaminación del agua y sus consecuencias


Te presentamos un completo informe sobre la contaminación de acuíferos, ríos, mares y océanos. Para ellos os explicamos cómo se produce la contaminación del agua y como ha sido su desarrollo histórico.

No hay duda que uno de los mayores problemas a los que se enfrentan muchas poblaciones actualmente (ya sean desarrolladas o subdesarrolladas, aunque es cierto que nunca me ha gustado este último término), es la contaminación del agua.

Como bien sabemos el agua es fundamental para la vida, por lo que su contaminación puede ser algo muy negativo para el desarrollo tanto económico como social de los pueblo o de las poblaciones próximas a ese lugar contaminado.

Los comienzos de la contaminación del agua

La contaminación del agua causada por las actividades humanas se comienza a producir desde los primeros intentos de industrialización, para transformarse luego en un problema tan habitual como generalizado. Durante la revolución industrial (entre la segunda mitad del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX) los procesos de producción requerían de la utilización de una gran cantidad de agua para la transformación de las materias primas. A su vez, los efluentes de dichos procesos productivos eran vertidos en los cauces naturales de agua sin ningún tipo de depuración, con sus desechos contaminantes correspondientes. Aquí comenzó a extenderse el grave problema de la contaminación del agua.

¿Cómo se produce la contaminación del agua?

Generalmente, la contaminación del agua se produce a través de la introducción directa o indirecta en los acuíferos o cauces de agua (ríos, mares, lagos, etc) de diversas sustancias que pueden ser consideradas como contaminantes. Existen dos formas principales de contaminación del agua: Una de ellas tiene que ver con su ciclo natural, durante el que puede entrar en contacto con ciertos constituyentes contaminantes (como sustancias minerales y orgánicas disueltas o en suspensión) que existen en la corteza terrestre, la atmósfera y en las aguas. 

Pero el otro tipo de contaminación del agua -que tiende a ser la más importante y perjudicial- es aquella que tiene especial relación con la acción del ser humano. Aquí se abre un amplio abanico de causas. Entre las más habituales podemos mencionar:
  1. el vertido de sustancias tóxicas residuales de los procesos industriales, que son arrojados a ríos y lagos.
  2. la contaminación derivada del uso de pesticidas, fertilizantes y otros químicos en la agricultura que se escurren desde el suelo hacia acuíferos subterráneos o a otras fuentes de agua.
  3. la basura que es arrojada en las costas y que es arrastrada por los cursos del agua, tal como en el caso de los gigantescos parches de basura en los océanos, formadas con desperdicios que tardan cientos o miles de años en degradarse.
  4. el uso de combustibles contaminantes en embarcaciones, que muchas veces van a parar al mar como resultado de la limpieza de las embarcaciones, o bien como consecuencia de accidentes, como el Prestige.
  5. el vertido de las aguas residuales provenientes del sistema de aguas de las ciudades.
  6. Actualmente, se leva a cabo un control de la contaminación del agua por parte de la administración, y se obliga a las empresas contaminantes a depurar el agua deshechada.


Consecuencias de la contaminación del agua

Como sabemos, esa contaminación del agua puede llevar a la contaminación de los ríos, a la contaminación de los mares, o incluso a la de lagos, embalses, presas… A fin de cuentas, todo aquello que contenga agua. Esta contaminación afecta para empezar a la fauna y a los diferentes seres vivos que pueden vivir en la misma. De esta forma los productos contaminantes se introduce en la cadena alimenticia, y van invadiendo la misma hasta llegar a los eslabones superiores, es decir, nosotros. Al alimentarnos de los seres vivos que viven en el agua contaminada, como por ejemplo el pescado y el marisco, ingerimos y acumulamos las toxinas que ellos consumieron, lo que tiene consecuencias fatales a largo plazo, como la aparición de enfermedades como alergias, o incluso cáncer. Además, debemos señalar que el agua contaminada puede ser portadora de una gran variedad de enfermedades, algunas de ellas mortales. ¿Cómo podemos contribuir a reducir la contaminación del agua? Gran parte de la contaminación se debe a la agricultura intensiva, que requiere de pesticidas y fertilizantes cuya fabricación consume gran cantidad de agua y conlleva vertidos de sustancias contaminantes a los cauces. Por otro lado, el uso de estos pesticidas y fertilizantes contamina el suelo y los acuíferos. Podemos contribuir a reducir la contaminación derivada de esta actividad consumiendo menos productos de la agricultura intensiva. Si optamos por consumir productos ecológicos estaremos contribuyendo a la salud de nuestro planeta. Otra actividad que consume y contamina el agua es el blanqueado del papel, por lo que consumir papel reciclado contribuye a una menor contaminación del agua. Muchas veces algunos deshechos, como por ejemplo las bolsas de plástico, terminan en el agua al ser arrastradas por el viento. Estas van al mar y permanecen allí largo tiempo hasta su total descomposición. Podemos evitar esto reduciendo el uso de las bolsas de plástico y depositando aquellas que ya no sirven en el contenedor amarillo para su posterior tratado y reciclaje. A continuación podéis ver algunos documentales sobre la contaminación del agua

Lámparas de bajo consumo

Si bien hace poco dijimos que podemos hacer para ahorrar energía en casa, uno de los elementos más importantes para conseguirlo es apostar por el consumo moderado de electricidad y es por ello que una buena solución será el que apostéis por las lámparas de bajo consumo.

Las lámparas de bajo consumo se distinguen del resto en el hecho de estar creadas y diseñadas de manera que ahorremos mucha energía gracias a que funcionan con bombillas también llamadas de bajo consumo.

Cómo funcionan las Lámparas de bajo consumo:

  • Las lámparas que más se venden en la actualidad son aquellas que conocemos como de bajo consumo y que si bien puede que resulten algo más caras, lo cierto es que tienen un tipo de bombilla que no sólo permite que ahorremos energía, sino que además duran más tiempo e iluminan con la misma intensidad que las convencionales o incandescentes.
  • La instalación de este tipo de bombillas es muy sencilla. De hecho cuentan con un casquillo que se enrosca como el de todas las demás.
  • Su funcionamiento es similar al del resto de bombillas, ya que si bien las incandescentes iluminan desde el momento en el que las encendemos o que damos la luz, en el caso de las de bajo consumo necesitaremos de unos minutos para que alcancen su nivel máximo de iluminación.
  • De este modo cuando encendamos una bombilla de bajo consumo nos daremos cuenta que no ilumina demasiado, pero no os preocupéis ya que de manera gradual irá cogiendo intensidad.
  • Es aconsejable que este tipo de bombillas no las estemos apagando y encendiendo cada dos por tres ya que se acelerará de este modo su desgaste y entonces sí que nos van a durar poco tiempo.

Por otro lado, hay que decir que este tipo de bombillas o lámparas (que también se conocen como bombillas de CFL) tienen en su intensidad de blanco o de luz una variedad que va del más cálido al más frío ( de los 2.700k a los 6.000k ) y además iluminan de distinta manera por lo que podemos hablar de distintos modelos de bombillas de bajo consumo.

Tipos de iluminación de las bombillas de bajo consumo.


  • Reflectante: Este tipo de bombillas es la ideal para cuando queramos iluminar hacia un punto concreto, algo que se conoce como iluminación focal y que crea un haz de luz hacia un punto determinado.
  • Espiral: Esta bombilla cuenta con un diseño en forma de espiral tal y como su nombre indica y que hace que la luz se pueda dirigir hacia todos los puntos de la habitación en la que esté colocada la bombilla en cuestión.
  • Lineal: Este es el tipo de bombilla más común o que podemos encontrar ya en muchas casas. Se caracteriza por iluminar todo el espacio.
  • Incandescente: Este tipo de bombilla, imita la estética de la antigua lámpara incandescente.
  • Bola: Las bombillas de bajo consumo que se conocen como "bola" se distinguen por tener una forma redondeada y que parece incluso más grande de lo normal. Son bombillas ideales para interiores ya que su rango de iluminación es bastante alto.

¿Podemos ahorrar con las lámparas de bajo consumo?

  • Ya os lo hemos explicado casi todo al respecto de las lámparas que son de bajo consumo y si bien hemos dicho que os permitirán ahorrar energía, ahora cabe añadir el "cómo" conseguirlo, ya que si estamos todo el día malgastando luz o con la bombilla encendida la verdad es que poco podremos ahorrar.
  • Es por ello importante que pensemos en el hecho de apagar la luz cada vez que no estemos en la habitación donde se encuentra la lámpara, que la encendamos sólo cuando sea necesario (por ejemplo por el día es mejor aprovechar la luz natural), y es mejor tener en casa colores claros que aprovechen mejor la luz día y que permita que ahorremos en bombillas.

Otras lámparas de bajo consumo:


  • Además de las lámparas que se conocen como de "bajo consumo", podemos hablaros de otras que poco a poco se imponen en las casas y que de hecho también ahorran energía como son por ejemplo las lámparas o focos halógenos.
  • Las lámparas halógenas se distinguen por emitir luz ultravioleta, se encienden rápidamente aunque no son aconsejables para dar luz a corta distancia, como por ejemplo para leer.
  • Las lámparas Led son otro tipo de lámparas de bajo consumo y que consisten en estar formadas a partir de pequeñas luces LED. Es decir, que cuentan con un pequeño grupo de bombillas que son las que emiten una luz bastante potente y que puede ser de distintos colores, además si alguna de estas bombillas se funde, el resto sigue funcionando sin problema.

¿Cómo ahorrar energía en casa?

Ahorrar energía en casa se ha convertido en algo que podemos hacer de un modo sencillo y que ayudará no sólo a que podamos reducir el gasto eléctrico de nuestra factura, y como no el dinero que gastamos en ella, sino que además podemos contribuir a que estemos haciendo un bien al planeta.
El ahorro de consumo de energía es algo que hasta hace unos años apenas se sabía ni lo que era, pero gracias a que muchas personas han tomado conciencia en la actualidad es fácil encontrar sencillos pasos a seguir y que harán que podamos ayudar en dicho ahorro de energía.

¿Porqué es bueno ahorrar energía?

  • El ahorro de energía eléctrica no sólo supone el que nuestra factura de luz o de gas disminuya considerablemente gracias a acciones como por ejemplo apagar del todo o desenchufar nuestro televisor todas las noches, sino que también es bueno para el planeta.
  • Lo cierto es que es fácil caer en el error de pensar por ejemplo que si encendemos nuestro ordenador, no estamos dañando para nada ni el ecosistema ni tampoco el planeta en general, pero tenemos que pensar en ir más allá del acto de encender cualquier aparato eléctrico y centrarnos sobretodo en cuáles son los componentes que conforman estos aparatos.
  • Piensa que podemos encontrarnos entre estos componentes algunos microorganismos, productos químicos, residuos industriales que de hecho no son renovables y que afectan de manera directa al medio ambiente. Además no olvides que no sólo en la fabricación de lo que consumimos está el "daño" al planeta, sino que además tenemos que sumarle el transporte y distribución con lo que esto conlleva (piensa por ejemplo en la contaminación que aportan los camiones que transportan todos estos aparatos).
  • Además si consumimos mucha energía eléctrica se necesita generar mucha más por lo que se acaba afectando de manera directa a que se utilicen recursos naturales como puede ser el uso de combustibles fósiles (como el carbón, fuel y gas) y por ello es mejor que limitemos este consumo para poder permitirnos un ahorro indirecto.


Como podemos ahorrar energía en casa:

Calefacción:

  • Si enciendes la calefacción en invierno, evita abrir las ventanas ya que no sólo perderás el calor acumulado en menos de 10 minutos, sino que no conseguirás que este se retenga.
  • Instala un termostato si no lo tienes y que puedes regular a que cuando la calefacción llegue a 20 grados, este se desconecte o apague de manera automática.
  • Cuando no estés en casa apaga toda la calefacción que tengas y sobretodo no olvides apagar siempre tu caldera o termo para no estar gastando energía de manera absurda.
  • Si has de hacer obras o reformas o si de hecho no tienes un aislamiento térmico es mejor que lo hagas para de este modo poder ahorrar a la larga en calefacción.
  • Así, puedes instalar por ejemplo doble acristalamiento en lugar de doble ventana, algo que es más caro pero que a la larga evitará que gaste más energía de la necesaria.

Electrodomésticos:

  • Los electrodomésticos como la nevera es mejor que evitemos que se sobrecalienten o sobrecarguen por lo que optan siempre por colocarlos alejado de otros electrodomésticos y en lugares ventilados.
  • A la hora de comprar un electrodoméstico fíjate si son o no de bajo consumo y de hecho en la etiqueta verás como hay una escala de letras que se traduce en el índice de ruido que hacen, consumo de agua, incidencia energética, etc...De este modo podemos decir que las letras van de la A a la G siendo la A la que más nos permitirá ahorrar energía. Es más caro comprarlos de "clase A" pero a la larga podemos ahorrar bastante consumo.
  • Para la lavadora, es mejor hacerlo en el programa de temperatura baja o de agua fría, si podemos hacerlo, y además intenta hacer lavadoras que estén llenas de ropa al completo, no quieras hacer varias, ya que gastas agua y electricidad.

Iluminación:

  • Es mejor aprovechar al máximo la luz solar y natural que entre por la ventana. Además no es necesario tener las luces encedidas todo el día, por lo que deberás asegurarte que al salir de una habitación la luz queda apagada.
  • Para estudiar o leer, etc...es mejor el uso de luces directas y no indirectas y sobretodo compra bombillas que sean de bajo consumo.

Agua:

  • Para ahorrar agua es esencial que te acuerdes de cerrar el grifo mientras te duchas (mucho mejor que bañarse), te cepillas los dientes, etc...
  • Además el agua es un bien que podemos estar derrochando sin darnos cuenta, es mejor que compremos difusores que instalamos en cada grifo para que podamos reducir el consumo y sobretodo nada de grifos mal cerrados, abiertos o goteando.
  • No tires el aceite por el desague (hazlo en un recipiente especial), y sobretodo no utilices la cisterna del lavabo como si fuera una basura. No tires papeles o pañuelos para después tirar de la cadena.